El GDR puede orientar la innovación rural

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Alfredo Jarma, miembro del Grupo Diálogo Rural Caribe, comparte su visión del desarrollo rural en el Caribe colombiano. Alfredo Jarma es un reconocido investigador agrícola, doctor en fisiología de cultivos y actual decano de la Facultad de Ciencias Agrícolas de la Universidad de Córdoba, en la ciudad de Montería, al norte del país.

 

Miembro del Grupo Diálogo Rural, ha participado en diversos escenarios de discusión de propuestas para promover el desarrollo rural en el Caribe colombiano y es un conocedor profundo de la realidad de los agricultores en esa región. La facultad que él dirige está promoviendo el enfoque conocido como "Agricultura climáticamente inteligente", una perspectiva novedosa que intenta asegurar la productividad mediante la identificación de tipos de plantas en manos de los pequeños productores, que son capaces de escapar a las condiciones climáticas adversas. Una respuesta muy oportuna a la situación vivida durante los últimos dieciocho meses por los campesinos colombianos, que padecieron los efectos del Fenómeno de La Niña. "Encontramos plantas locales que soportaron hasta siete meses de inundación y sobrevivieron, y ahora queremos ser capaces de investigar y divulgar esos recursos genéticos, para potencializarlos", explica.

 

Respecto de los efectos de la ola invernal, tema en el que el GDR Caribe viene trabajando, Jarma cree que "ha habido un esfuerzo del Estado  pero no ha sido suficiente" Su principal crítica a las políticas del gobierno del presidente Santos en materia de reconstrucción y apoyo a los damnificados de la ola invernal que sacudió al país, es que se trata de una política asistencialista. "La política debe ir mas allá, para encontrar soluciones que intenten evitar realmente los desastres naturales". Además de estrategias preventivas, Jarma está convencido que la promoción del desarrollo sostenible, que implica, en su opinión,  "integración de las metodologías participativas con pequeños productores, para que ellos puedan trazar sus propias líneas de acción para el desarrollo".

 

Convencido del potencial agrícola y alimentario de la región Caribe, el investigador opina que "esta riqueza ambiental ha estado de espaldas a la realidad del desarrollo político de la región. No hay infraestructura de vías, ni distribución equitativa de la tierra, ni canales de comercialización para los pequeños y medianos productores rurales". En suma, dice, hacen falta políticas de Estado que puedan potenciar al Caribe colombiano como  despensa de alimentos y productos agropecuarios, "no sólo para el país sino para el mundo".

 

Alfredo Jarma es escéptico en cuanto a la clase dirigente de la región. "Estamos cargando el lastre de contar con un alto índice de dirigentes políticos que no están a la altura de las circunstancias y de lo que el territorio demanda. A los académicos nos han puesto incluso ahora a concursar por fondos - como el sistema nacional de regalías - y nos hemos visto abocados a un viacrucis para formular propuestas que no logran el visto bueno de la clase política y son rechazadas", afirma.

 

Acerca del papel que quiere jugar el Grupo Diálogo Rural Caribe en este contexto, opina que " es una excelente oportunidad para que las ideas y concepciones multidisciplinarias que tenemos los actores comprometidos con el desarrollo de la región puedan plasmarse en políticas públicas efectivas". En concreto, piensa que desde el GDR se pueden orientar algunos proyectos de innovación y desarrollo tecnológico, e integrar el famoso concepto de cadenas productivas equitativas, en donde todos los actores tengan una rentabilidad y una participación simétrica.