Diálogo sobre Agricultura Familiar en Santa Marta y Bogotá

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El dálogo sobre políticas públicas deferenciadas para la Agricultura Familiar, realizado la semana pasada en Santa Marta, dejó importantes reflexiones. Se requiere la amplia participación de las organizaciones sociales y del Estado, para conseguir resultados como los que lograron países hemoanos como Brasil y Uruguay. El evento tuvo lugar el 26 de mayo de 2015, bajo el título: “Diálogo sobre políticas públicas para la Agricultura Familiar: Institucionalidad y Políticas”, en el salón de convenciones del hotel Tamacá Beach Resort.

 

Contó con la participación de Álvaro Ramos y Carlos Mermot, representantes de la FIDA MERCOSUR, Onaur Ruano, del ministerio de Desarrollo Agrario de Brasil, y Sandra Monteiro representante de organizaciones sociales brasileñas; de Uruguay vinieron José Olascuaga, Coordinador Nacional de Uruguay ante la REAF, y Rubén Ferreira, representante de organizaciones sociales.

 

Los panelistas presentaron las experiencias vividas en Uruguay y Brasil desde los punto de vista del Estado y las organizaciones, dejando ver claramente que es un proceso que toma tiempo pero que es posible de llevar a cabo con éxito, y que genera un Estado más social y con mayor equidad. Los panelistas dejaron conceptos y recomendaciones muy claras sobre las políticas diferenciadas y los procesos necesarios para promover la Agricultura Familiar.

 

En Colombia no se tienen datos claros y precisos sobre las familias campesinas, cuánto producen, como lo hacen, cuáles son sus necesidades y cuál es su situación real de subsistencia. Varios participantes en el dialogo señalaron que el Estado colombiano no le ha prestado importancia a este sector y lo ha venido marginando de las políticas públicas.

 

Algunos de los cambios en las políticas  que han marcado la diferencia en estos países han sido la generación de seguros agrícolas, políticas para evitar la concentración de la tierra, apoyo con acceso a nuevas tecnologías y maquinaria, compras públicas a la agricultura familiar, sello de agricultura familiar, vivienda rural, asistencia técnica, subsidios y respaldo a créditos.

 

Participaron voceros de los pequeños productores y líderes de sectores productivos y asociaciones, como Yimis Severiche, productora de ajonjolí, quien recientemente participó en la comisión colombiana que asistó a la reunión de la REAF en Montevideo.

 

Una de las conclusiones más importantes es que el Estado colombiano se ha mantenido distante de estos procesos y a la vez las comunidades y las organizaciones sociales no han generado suficiente presión para que se establezcan en nuestro país políticas diferencias que fomenten y protejan la Agricultura Familiar. Se dijo que es necesario que el Estado vuelque su atención a este sector, que ha sido uno de los más afectados por la violencia y por las mismas políticas públicas como el Tratado de Libre Comercio TLC) con Estados Unidos, entre otras. Se dijo también que todo esto ha afectado a los pequeños productores y les ha generado desconfianza hacia la institucionalidad y el Estado, e inseguridad para sostener diálogos con el gobierno. Pero con las experiencias exitosas mostradas por otros países del sur del continente, se da el primer paso para generar la confianza en que sí es posible, si se tiene el compromiso de ambas partes para generar políticas diferenciadas.

 

Una reunión similar se realizó dos días después en Bogotá.

 

Por Eberto Polo Zambrano
Comunicador rural Corporación PBA.